sábado, 26 de septiembre de 2009

Cuanta decepción

¿Cuántas veces nos lo tenemos que repetir?, ¿cuántas veces nos decepciona alguien?, pero, ¿cuántas veces nos decepcionamos a nosotros mismos?.

Somos aliados de nuestros enemigos, por consentir que nos hagan daño y de lo que nos hacen por no evitarlo. Nos convencemos, nos cegamos, sin ver la realidad nos dejamos llevar y aguantamos carros, carretas y carretones. El 'no' lo convertimos en 'sí', la mínima posibilidad la agrandamos para mantener la esperanza en una cosa que no existe, aunque la gente de alrededor nos lo diga, lo que esperamos nunca llegará, es la realidad.

-No te ha llamado. -No ha tenido tiempo.
-Ha dicho esto. -Era una broma.
-Pasa de ti. -Se hace el/la interesante.

Excusas que nos damos ante una realidad evidente. Excusas que no nacen en la cabeza, sino en un sitio recóndito donde habita 'un no se qué' que nos hace vivir el día a día.
Pero día tras día, sin señal aparente, ese 'no se qué' se va esfumando, se consume cual cigarro que ha permanecido encendido esperando a que alguien lo cogiera y lo pusiera en sus labios.

Pero desaparece, dejando un rastro de cenizas, sin más, un rastro de cenizas que con el viento se esparce haciendo que no quede ni eso.

La culpa de todo es del/de la que encendió el cigarro, o no. Tanta, más o menos culpa tiene el que viendo que se consumía no supo apagarlo, o cambiarlo por otro, aunque no sea sencillo.
Somos parte de nuestra decepciones, por mostrarnos, por darlo todo sin recibir a cambio y no es egoísmo, es amor.

Por eso nos repetimos 'cuanta decepción'.

http://www.youtube.com/watch?v=KqHaV5b8qbY&feature=channel